iba a ir. “Antes no podía”. Refiere haber sentido
miedo a que le deje de hablar. Posteriormente,
agrega que nunca pudo decir ‘no’ en sus relaciones.
Ante la pregunta de su analista sobre esto, responde
que cree que era para agradar al otro. Recuerda que
salió un tiempo con un hombre casado y que se
veían a la madrugada, que nunca podía decirle que
no. Se la interroga (X) y asocia: “No le pudo poner
frenos mi papá a ella”, “Él no se defendía. Siempre
sentí pena por él, una necesidad de protegerlo”.
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En otro momento, trae a su espacio relatos sobre
su infancia en relación con su madre. Precisa que la
madre se puso en una oportunidad veneno en la
boca. Otra vez lo amenazó con un cuchillo a su
padre. Relata una escena en la que está en el baño
de su casa, embarazada de su hija y tenía pérdidas.
Estaba en el baño llorando, cuando entra su madre
al baño, le pregunta que qué le pasa y le dice,
alcoholizada, que se deje de joder y que sea lo que
tenga que ser. Menciona que su madre quería que
(X) pierda al embarazo. (X)
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Termina esa sesión diciendo: “No me voy a volver
a dejar maltratar”.
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A partir de aquí, se produce cierto giro en el
tratamiento, en donde comienza a hablar más de
ella y a tomar cierta posición subjetiva en donde ya
no es la víctima de Juan, sino que puede hacerse
alguna pregunta en relación con qué tiene que ver
ella en todo esto que le sucede, y que sucede en su
pareja. Vuelven a hablar y deciden volver a estar
juntos, pero con ciertas condiciones que ella pone.
Entre ellas, (X) decide que se irán viendo de a
poco. Luego, menciona que al
comienzo de la
relación ninguno de los dos se agredía. Recuerda
que lo conoció en una provincia de la que ambos
(X) son oriundos. Dice que ella era su amante, él
estaba casado. “Me gustaba su tono de voz, me
gustaba escucharlo hablar”. Mantiene una relación
durante dos años, (X) cuando Eva tenía 22 años, y
se separan. A los 27 años de ella, él va a vivir a
Buenos Aires() y vuelven a salir. Recuerda que
cuando la nena nació, él la rechazaba. Refiere que
él se enloquecía si ella lloraba, decía: “son una
plaga, le voy a reventar la cabeza”. Estuvieron
durante el embarazo juntos, y dice que siempre la
agresión fue verbal. Es porque él era violento con la
nena que decide separarse. Cuando vuelven a estar
juntos, refiere que ya no era violento con la nena
sino con ella.
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Cuando deciden volver a estar juntos, esta última
vez, ella empieza a hablar de lo que le pasa a ella
mensajes que tenía con otra mujer y empieza a
hablar con esta mujer haciéndose pasar por él.
Finalmente, se presenta con esta mujer como la
pareja de Juan, frente a lo cual la mujer le dice que
no sabía que estaba en pareja y que tenía una hija,
y termina pidiéndole d i s c u l p a s y d i c i é n d o l e
q u e - d a d a s l a s circunstancias- no quería saber
nada con él. Luego de esto empieza a decir que
está triste. Se angustia y llora. Refiere que está así
porque ya no le importa a Juan.
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Comienza a estar pendiente del teléfono. Refiere
no poder controlar el impulso de querer llamarlo,
escribirle, etc. Dice que a la noche, cuando está sola
con la nena, siente un vacío, y allí es cuando se
“tienta” con mandarle un mensaje. Agrega: “Me dijo
que me olvide de él y sentí desesperación”, “siento
culpa, y digo Eva, ¿por qué te cortaste el pelo?” (X).
Ella decide cortarse el pelo esos días en que están
distanciados. Pero luego siente culpa porque él no
quería que se lo cortara.
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Posteriormente, comienza a hablar más de su
madre en el tratamiento, y recuerda su infancia.
Menciona que los fines de semana trataban de no
estar en su casa,
y que con su hermana
permanecían encerradas en la habitación. Miraban
la televisión, leían, estudiaban. De lo contrario, si se
quedaban en la cocina, era quedarse viendo lo que
tomaban sus padres. Sábados y domingos siempre
bebían alcohol. Refiere que tomaba su madre, y
muchas veces su padre, sin llegar a alcoholizarse,
pero acompañándola a ella en esto. Relata además
que su madre tenía un amante y que su padre lo
sabía y que nunca reaccionó ante esto. Reflexiona
con cierta tristeza que con la única que contó
siempre y cuenta en la actualidad, es con su
hermana.
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Los encuentros con Juan continúan, principalmente
los fines de semana. (Relata acerca de más
escenas o situaciones de maltrato de parte de su
pareja hacia ella. Refiere que le dijo trola de mierda,
puta de mierda. Nuevamente, luego de diálogos con
ese tinte, él le dice que se acerque con su hija a
Capital, ya que quiere ver a su hija. Ella relata que
ya no sabe qué hacer para “conformarlo”. Le dice:
“para vos nunca fui nada, yo estoy ahora destruida,
me mataría sino tuviera a mi hija, me haces mal”.
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Durante el tiempo en que no lo ve, sale con una
prima a pasear. Menciona con agrado que se
despejó. Dice que él le pidió que fuera a su casa y
que ella (X) pudo decirle, por primera vez, que no
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