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intenso en mujeres que en hombres, y que puede

llevar a “destinos trágicos”

6

de graves consecuencias.

Esta dependencia, observa Freud, puede perdurar

después de la separación.

Podemos pensar la

violencia de pareja dentro de esta servidumbre, aun

cuando lo que sostiene ese vínculo de parte de las

mujeres es lo que algunos autores denominan un

“terror fascinado”

7

que vela esa “fascinación

enamorada”.

`

A veces, para ellas lo que se avizora como terrible

no son los maltratos sino la soledad. Qué sería de

su vida sin él, a veces eso es puesto en términos

económicos, pero se trata de la economía libidinal y

la erotomanía estructural que caracteriza al ser femenino,

esa necesidad de ser amada. “Ser la que él quiere”,

me decía una paciente que borraba sus rasgos subjetivos

para adecuarse a ese mandato irrefrenable.

`

Lacan dice justamente que el hombre puede llegar

a ser un estrago para una mujer

8

. Estrago implica

quedar devastado, en ruina, es mucho más que una

aflicción

9

, que una pena de amor. “...No hay límites a las

concesiones que cada una hace para un hombre: de su

cuerpo, de su alma, de sus bienes”

1 0

.

`

La angustia, la vergüenza, la culpa, serán los

índices subjetivos para pasar del estrago al síntoma.

Armar un síntoma que le permita a esa mujer localizar

eso que se presenta como desmedido, y que le

permita torcer ese “destino trágico”

11

.

ALGUNAS COORDENADAS DE TRABAJO

Cuando hablamos de violencia, de pareja u otras,

suele apelarse a la lógica de víctima-victimario.

Lógica que coagula al sujeto en una de estas dos

posiciones estáticas, sin salida posible.

`

Miquel Bassols

1 2

nos advierte que desde finales

de siglo el objeto víctima tiende a identificarse a un

grupo o comunidad: víctimas de violencia de género,

de bullying, de Cromagnon, del terrorismo, etc.

`

Desde la orientación psicoanalítica se apuesta a

la desvictimización de la víctima, devolver al sujeto

su singularidad para que no se pierda en el juego

social de las identificaciones

1 3

.

`

Una paciente concurre a tratamiento angustiada

porque registra que la violencia se repite en todos los

vínculos amorosos que inicia. Se sorprende: ella se

ocupa de que las peleas transcurran en un volumen

que no alarme a los vecinos y así todo sigue. Un callar

los abusos que repite desde la infancia. Es desde

esa responsabilidad subjetiva, que no es culpabilizar,

que se abre el tratamiento.

`

Por último, para pensar la función del AT, una

película: “Te doy mis ojos”

1 4

. Se trata de una pareja,

en un juego erótico ella le va regalando las distintas

partes de su cuerpo: su nariz, su boca, sus ojos.

Pero este juego pasa al acto cuando irrumpen los

celos de él y golpea violentamente el cuerpo de su

mujer. Ella, grandes dificultades para poner un límite,

sigue enamorada a pesar de todo. Un encuentro

contingente: un trabajo artístico que despierta un deseo

por fuera de su pareja. Amigas de ese ámbito que la

apoyan y promueven en este nuevo deseo singular.

Amigas que recuerdan la figura del AT. Es cuando él

se opone a este deseo, que ella opta por el trabajo

de arte: un nuevo arreglo entre amor, goce y deseo,

que el encuentro con un AT puede propiciar.

CONCLUSIÓN

`

La violencia de pareja es un fenómeno complejo,

donde el amor se anuda con la pulsión de muerte.

Es preciso tener en cuenta este entramado para

pensar y sostener las intervenciones, judiciales u otras.

Por eso, AT y analista deberán pensarlas en conjunto.

`

No se trata de un abordaje desde la educación ni

desde la “asistencia a la víctima”. Apostamos a la

aparición de un sujeto, en cuyo despliegue vía el

síntoma, pueda dar lugar a la diferencia quebrando

esa dependencia enamorada.

4

Freud, S. (1918 [1917]): Eltabú de la virginidad, en Obras Completas, Amorrortu

editores, BsAs, 2007, pág. 189

5

Freud, S. (1918 [1917]): Op. cit., pág. 189

6

Freud, S. (1918 [1917]): Op. cit., pág. 190

7

Barros, M.: “Cuando se ama para eludir la culpa”, en Sawicke, P. y Stillo, B.

(Comp.): Relaciones violentas, Ed. Grama, BsAs, pág. 49.

8

Lacan, J.: ElSeminario, Libro 23, ElSinthome, Paidós, BsAs, 2006, p. 99

9

Silvia Ons hace esta diferenciación entre aflicción y estrago en Ons, S.:

Amor, locura yviolencia en elsigloXXI, Paidós, BsAs, 2016, pág:38

10

Lacan, J.: Radiofonía y Televisión

11

Ver Morao, M.: Cuerpos violentos. Actualidad de la pulsión de Z

muerte,

en Violencia y radicalización, Editorial Grama, BsAs, 2016

12

Bassols, M.: “Victimología”, en

http://miquelbassols.blogspot.com.ar/2014/11/victimologia.html

13

Bassols, M: op.cit

14

Película española del año 2003, dirigida por Icíar Bollaín.

Lic. Analía Cuneo

Psicoanalista. Docente de Anudar. Psicóloga de planta Hospital Argerich.

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