urgencia, como puede ser un intento de suicidio, tal
lo muestra el caso de Lucía.
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Las situaciones de urgencia no permiten contar con
el tiempo de comprender. Sin embargo, para una
lectura posterior, podría ser pertinente tener en
cuenta la antesala de dichas situaciones. En el caso
de Lucía, resulta interesante en principio situar que
ella había anticipado que sería una “noche especial”
para la cual eligió desde su vestuario “dramático”
hasta su banda de sonido “Canción para mi muerte”.
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En primer lugar, ante la situación del
corte,
considerando que se trató de una herida superficial
que ella misma decidió mostrarme con su llamado:
“Dejá eso y vení conmigo”
, opté porque Lucía pueda
hablar, había algo de lo simbólico que aún parecía
conservado. Me mostró sus escritos, pudo poner en
palabras algo de su sentir en relación con ese
momento, y el
arte nuevamente pareció ser un
recurso para su decir dificultado. Al momento en que
se puso a pintar parecía tranquila, a la espera del
llamado de sus amigos para salir. La situación del
baño duró pocos minutos, por eso no me alarmé a
golpearle la puerta. Pero al salir, al igual que con el
corte, también supo cómo mostrarme que había
tomado las pastillas. El cuerpo y el frasco de pastillas
de Lucía cayeron de la escena. Más tarde me
enteraría que sus amigos habían cancelado la asistencia
a su noche especial, luego de haber recibido varios
mensajes de Lucía invitándolos a su despedida, a su
“velorio”. La madre dirá después que también recibió
este tipo de llamados y hasta último momento, Lucía
intentó hacer llamados vanos a su psicólogo.
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Me resta pensar, a modo de hipótesis, que tal vez
Lucía, como aquella niña que evocaba su madre en
la clínica, también haya armado esta escena. A lo
mejor ya se habían hecho los intentos de hacerse un
lugar “entre los que más quiere”, pero al no hallarlo,
fue empujada a salir de su propia escena.
hacerle estudios. Lucía sale de la guardia abatida,
pide que la acompañemos su madre y yo en la
ambulancia. En el camino, lloraba, pedía perdón y
me preguntaba si seguiría siendo su acompañante.
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Al llegar a la clínica internan a Lucía. Su madre dice
que seguramente Lucía tenía planeado todo esto, que
cuando era niña también armaba “estas escenas”.
Pasé casi toda la noche en la clínica, hasta que
llegara mi relevo. El padre de Lucía nunca llegó.
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Luego de la internación en el sanatorio, Lucía es
trasladada a una clínica de Salud Mental, en donde
estuvo internada durante 30 días. Allí se decide
cambiar al equipo tratante (psicólogo y psiquiatra), la
indicación de su tratamiento y esquema farmacológico.
Al momento del alta, comienza nuevamente el AT
con nuevas coordenadas de intervención y recibo a
Lucía post internación en su casa. Me abraza y con
lágrimas en sus ojos me pregunta cómo estoy, dice
que me ve más flaca y que ella engordó en la
internación, pero que se siente bien así. Me cuenta
que durante la internación se hizo nuevos amigos,
pero que estuvo muy preocupada pensando que tal
vez las acompañantes
se olviden de ella, que estuvieran
enojadas y no quisiéramos verla nunca más
. Lucía
me pide perdón diciendo que no tuve la culpa, que
eso iba a pasar igual pero que su mayor tristeza era
haberlo hecho en presencia de una de las acompañantes
que más quiere
. La abrazo, se ríe y agrega: “
Tal vez
porque sabía que me ibas a cuidar
”.
ALGUNOS INTERROGANTESYPOSIBLESCONCLUSIONES
Considerando las distancias que existen entre un
dispositivo de Acompañamiento Terapéutico y un
análisis, me interesa abrir ciertos interrogantes respecto
de lo que podemos ubicar, en una lectura posterior
de la escena relatada, en términos de acting out,
pasaje al acto e intento de suicidio.
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En el Seminario 1 0, Lacan sitúa que actuar es
arrancarle a la angustia su certeza y señala dos
salidas posibles: El acting out y el pasaje al acto. Allí
señala el carácter demostrativo de todo acting out,
donde el sujeto arma una escena que se muestra y
se dirige al Otro con la finalidad de hacerse un lugar
en el deseo del Otro y llama a la interpretación. Si en
el acting out el sujeto sale a escena, en el pasaje al
acto, podemos situar que se cae de la escena. Allí
donde el Otro no le hace lugar al llamado que un
sujeto hizo, es donde se corre el riesgo de que los
acting desenlacen en pasajes al acto; y muchos
pasajes al acto pueden terminar en situaciones de
Lic. Andrea Masetto
Psicóloga UBA. Psicoanalista. Postgrado Hospital Penna. Ex docente UBA.
Docente Seminarios Anudar.
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