Previous Page  11 / 48 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 11 / 48 Next Page
Page Background

en urgencia en el que fracasa la representación,

tomado por lo que se denominan: fenómenos de lo real.

Se trata de aquellos fenómenos de desdoblamiento,

locura, pánico, despersonalización, pesadillas, con sus

derivaciones posibles de

actings

, y/o pasajes al acto.

`

En cuanto al aporte de Lacan en relación con la

angustia,

es que la misma interviene en la

constitución del fantasma en la neurosis. Ya en el

origen de la constitución subjetiva ubicamos la

construcción del fantasma de suicidio. Hay un tiempo

mítico de completud, el de la “célula narcisismo-

madre fálica”, al

que le sigue la decepción, la

angustia por la falta de completud del objeto, que es

denominada angustia ante la castración.

Para

ilustrar ese tiempo, basta mencionar esos momentos

de la infancia en las que el niño se pregunta por su

lugar en el deseo de sus padres y lo hace activamente,

escondiéndose o diciendo que se va a ir de la casa,

para comprobar si les falta. La falta entonces es

constitutiva del deseo en el sujeto. Lacan va a

plantear que la angustia no es porque falte el objeto

sino que por el contrario, la angustia proviene de la

pérdida del apoyo de la falta. Es decir que cuando

falta la falta hay un sentimiento de completud que

angustia. Esto permite explicar aquellos suicidios

que no se originan en una pérdida, sino por el

contrario ante un sentimiento de felicidad.

`

En relación con esa dimensión de falta como

condición deseante, el

sujeto se ve entre dos

imposibles: el de aceptar la pérdida del mítico objeto

del

goce y el

de esperar su reencuentro.

Imposibilidad estructural que al no ser reconocida

como tal conduce a la impotencia neurótica por la

tensión que se juega entre el yo Ideal y el Ideal del

yo. Se trata de dos conceptos, que justamente se

asocian a la dimensión de falta. El Yo ideal, que vive

añorando “aquel tiempo pasado que fue mejor”, y el

Ideal del Yo, que le señala al yo el camino de los

ideales. Esa tensión entre el yo Ideal y el Ideal del

yo, esa elasticidad se rompe al cortarse o coagularse

por alguno de sus extremos: de un lado: melancolía,

del

otro: exaltación maníaca de los ideales e

intolerancia. Ambas posiciones renegatorias pueden

terminar en un pasaje al acto. En este sentido,

Lacan va a rescatar la función de la angustia desde

sus desarrollos lógicos del tiempo, al aclarar que no

se trata en ella de prisa alguna que empuje al sujeto

a una actuación precipitada tal como se manifiesta

en l as urgencias subjetivas. Por el contrario, l a

angustia se mueve en esa dimensión a-temporal

propia de la expectación, en la medida en que en

ella se juega la función de la espera (erwartung).

`

Otra cuestión a considerar es cuando en el ámbito

social un suicidio produce repitencias, efectos de

epidemia o contagio. Al respecto, Lacan sentencia

con agudeza:

`

Es por eso que el suicidio tiene a la vez esa belleza

aterradora que lo hace tan terriblemente condenado por

los hombres, y esa belleza contagiosa que hace que las

epidemias de suicidios sean algo que en la

experiencia es todo la que hay de más dado y de

más real.

UNA LECTURA PSICOANALÍTICA DEL SUICIDIO

Con respecto a la estructura del suicidio como acto

fallido, Freud en

“Psicopatología de la vida cotidiana”

introduce la categorización de los suicidios en el

campo de los actos sintomáticos. En tanto acto

sintomático pueden ser interpretables y suponen la

amplitud del discurso inconsciente: es decir, que

aluden a postulados fantasmáticos. El suicidio está

presente en los grandes historiales freudianos ya

sea como impulsos suicidas ligados a la culpa

inconsciente, y su relación con el castigo, y con el

superyó. Sea derivado de un goce masoquista o de

un sadismo destinado a destruir el objeto, o bien como

formaciones reactivas. A partir de sus teorizaciones

sobre la pulsión de muerte ubica al suicidio como

fracaso del instinto de autoconservación.

`

Para abordar las otras categorías de acting, pasaje

al acto y acto, es necesario repasar algunas nociones

básicas que permitan pensar el estatuto de la urgencia

subjetiva que es la que se puede abismar en el suicidio.

`

Para esas nociones haré eje en el concepto de

angustia, en su relación con el concepto de falta.

Según Freud, la angustia es la clave de la neurosis.

La soledad, oscuridad, el desamparo, aluden desde

los comienzos de la constitución del psiquismo, a la

pérdida del

objeto.

El

sujeto padece tanto la

nostalgia por el objeto perdido como la ilusión de

reencontrarlo.

Imposibilidad que se traduce en

angustia, que esencialmente es ante lo que para el

ser humano es imposible de representar: el sexo y la

muerte. A su vez, en tanto señal, la angustia es

fundamental para la conservación de la vida. Es este

tipo de angustia la que acciona una consulta, distinta

de otras manifestaciones menos auténticas en

cuanto a la implicación de quien la padece, como

pueden ser las depresiones, los ataques de pánico

en las que domina la pulsión de muerte.

`

Mucho más grave aún, es cuando se trata del

desencadenamiento de una angustia amenazante,

siniestra, situación en la que estamos ante un sujeto

11